La iglesia parroquial de San Marcelo es posiblemente uno de los más antiguos edificios de culto de la ciudad de León. Fundada en el año 850 por el rey Ramiro I sobre una capilla preexistente edificada en el lugar que la historia marca como sitio en el que el centurión Marcelo hizo confesión pública de su fe en el año 298; fue destruida por Almanzor en el siglo X y reconstruida varias veces. Donada a la catedral por el rey Sancho el Gordo, es el obispo Don Pedro quien acomete la primera reforma en el año 1096.
A finales del siglo XII es monasterio agustino, donde se formó el joven Santo Martino; y hospital de peregrinos, uniéndose a los vecinos hospitales de San Lázaro y San Antonio Abad, del cual tomó el nombre. Es, en tanto que hospital y hospedería de peregrinos, la primera de la que hay noticia en León. En 1254 alcanza el estatus de parroquia secular regida por un canónigo catedralicio con el título de “Abad de San Marcelo”. El templo actual, que disfrutamos y en el que celebramos y compartimos los misterios de nuestra fe, fue realizado con trazas del arquitecto Juan de Ribero y Baltasar Gutiérrez, terminándose en 1627.
San Marcelo, Centurión y Mártir, Patrono de nuestra ciudad de León, representa los orígenes cristianos de nuestra ciudad de León antes de que fuera denominada como tal.
Arquitectura
Arquitectónicamente es un edificio de planta basilical de piedra de sillería, sencillo y de reducidas dimensiones, de planta cuadrangular, con tres naves, pilastras toscanas, capillas laterales y diversos tipos de bóvedas.
Piezas de interés
Nave principal y cabecera del templo.
Alberga en su interior valiosas piezas ornamentales y tallas de gran valor artístico y devocional, entre las que cabe citar:
Piezas notables originales de la iglesia de san Marcelo
Actualmente exhibidas bien en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, bien en el Museo de León:
Tradiciones
Fue tradición desde la creación del ayuntamiento de León hasta finales del siglo XIX, que el concejo municipal, con el corregidor al frente, recibieran la ceniza y la bendición del rector del templo, los miércoles de ceniza.
Durante las fiestas de San Froilán el alcalde, encabezando a la corporación municipal, hace entrega, ceremonialmente, de dos hachas al párroco de San Marcelo. Así mismo, durante estos días salían de San Marcelo y otras parroquias de la ciudad, hasta la catedral, las cantaderas, conmemorando el fin del, legendario, tributo de las cien doncellas.
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